EL GRAN SILENCIO...
La vida en ese monasterio es como una meditación perpetua, sólo las campanas, el silbar del viento, los pasos con ruidos de madera rancia y unas tijeras abriéndose camino en una tela gruesa, rompen la monotonía del lugar. Es como la existencia, pura rutina, pero rutina deseada y saludable. La provisionalidad de todo, que te empuja sin casi percatarte, y las respiraciones que suenan a vida golpeando levemente esas paredes de piedra que durante siglos lo han oído todo y no han oído nada. Sin guión, sin previos planes, tan vacío de palabras el recinto, nuestro cuerpo, nuestras vidas, como ese monasterio legendario allá en los Alpes franceses, apartado de todo y de todos, alejándose tal vez de una vida agitada o huyendo de miedos incrustados y escondidos bajo las sábanas del pasado. Ahora más que nunca entiendo a esos cartujanos y grito en un susurro casi ahogado que no quiero guiones, que no quiero planes, que la vida es un tránsito y hay que dar gracias por los frutos que me ofrece.
Ahora deseo escucharme, escuchar a mis tripas redoblando campanas. Quiero oír el silencio de mis huecos humanos retumbándome dentro, como el que escucha un mantra suave. Y concentrarme, disfrutarme y acercarme a ese silencio, a ese canto interior que me estaba dando golpecitos que no percibía. ¿Para qué escribir guiones?, si las estaciones pasan de todas formas y todo puede cambiar de un segundo a otro. La vida es una rueda que corre sin rumbo y a menudo nadie ni nada puede frenarla porque la cuesta se empina cada vez más y la impotencia te desgarra las fuerzas. Mejor no luchar contra la gravedad. Mejor dejar que gire y siga su curso. Mi confianza y mi esperanza me dice que siempre llegará o pasará por algún lugar hermoso y tranquilo donde poder recostarse un rato, a la sombra de un fresco árbol, el árbol de la vida eterna.
Comentarios
besos
Me quedo sobre todo con la parte final, la de:
"Mi confianza y mi esperanza me dice que siempre llegará o pasará por algún lugar hermoso y tranquilo donde poder recostarse un rato, a la sombra de un fresco árbol, el árbol de la vida eterna."
Visto asi resulta un poco más fácil dejarse llevar y aceptar lo que hay e incluso el miedo... al cambio queda mermado.
Gracias por compartir tal punto de vista. No lo había visto así (es decir, que las cosas cambian y que no son como yo pensaban que eran), lo había aceptado pero un poco a regañadientes y con cierta desilusión y resignación.
Saludos, Esperanaza
besos