ATARAXIA, La mejor manera de estar en el mundo
Ataraxia: Disposición del ánimo propuesta por los epicúreos, estoicos y escépticos gracias a la cual alcanzamos el equilibrio emocional mediante la disminución de la intensidad de nuestras pasiones y deseos, y a la fortaleza del alma frente a la adversidad. Tranquilidad espiritual, paz interior y finalmente la felicidad, que es el fin último de estas 3 corrientes.
Llevo unos días bastante agitada en los que no he dejado de recibir noticias muy malas. Mis noches de pesadillas y poco descanso se hacen notar en mi semblante y todo por empatía con las personas más cercanas. Algunas de estas confidencias han sido ofrecidas por una amiga, una vieja amiga con la que quedé ayer porque necesitaba imperiosamente hablar. Aparte de desahogarse, me recordó, casi al final de la tarde, una postura que deberíamos tomar todos en etapas oscuras como la que ella y la persona con la que ha convivido más de 15 años, viven actualmente.
Sólo dijo una palabra, que recordé vagamente de mis estudios de B.U.P. y C.O.U.: ATARAXIA. Me dijo: “Voy a comenzar a desdramatizarlo todo, porque ya va siendo hora”. Aparte de censurarle, a mi manera, es decir, de forma suave y con el mayor tacto, parte de sus confidencias, me puse de su lado y sufrí con ella cada palabra derramada. Eso sí, ni una lágrima cayó de sus ojos, cosa que me confiesa, es parte de esa postura que desde ahora está siguiendo a “rajatabla”.
Indagué y refresqué mi memoria oxidada y me encontré en cada frase leída sobre la ataraxia, conmigo misma y con mi gran deseo: ser feliz a toda costa.
He pasado por etapas malas, muy malas y hasta insoportables, pero esta última está siendo la peor, porque el desprendimiento de todo lo que hasta ahora rodeaba a mi vida está siendo muy duro.
Ayer, a pesar de la dureza de lo que escucharon mis inocentes oídos, me decidí a intentar cambiar de forma radical mi forma de ver las cosas. La ataraxia me ayudaría, al menos encontré algo que se parecía a dejar de sufrir por todo tanto como lo hago yo. Que mejor manera de comenzar, que verlo todo como si a ti no te estuviera ocurriendo, como si estuviera observando un cuadro a cuatro metros de distancia, alejada de toda perturbación, de toda influencia. Recuerdo haber hecho esto mismo en muchas ocasiones de mi vida, pero ahora parece como si lo hubiera olvidado.
Y no hablo de APATÍA, en absoluto. La diferencia principal entre la apatía y la ataraxia es que la apatía te separa de toda actividad para lograr la felicidad, es decir, inactividad, eliminación de pasiones y hasta de deseo. Por el contrario, si apuestas por la ataraxia, y eso es lo que yo haré, encontraré la felicidad a través de fortalecerme espiritualmente, alejarme del dolor del cuerpo y del alma y de las circunstancias desfavorables que me vaya encontrando. En resumen, mi trabajo consistirá en lograr la imperturbabilidad ante la vida, pero con acción, sin desidia.
¿Cómo lograré tal hazaña? Es muy difícil mantener en todo momento el estado de serenidad completa. Voy a comenzar a realizar lo que hace tiempo abandoné, prácticas de meditación, exteriorizaciones y absorciones de energías, y todo lo relacionado con el equilibrio de mi mente, la calma total acompañada de un autoconocimiento profundo de mí misma, de mis límites, de mis posibilidades en esta vida, de los errores cometidos, de las aportaciones que hice a las personas que he querido y quiero, de mis actitudes ante los conflictos. Ah, todo ello acompañado con una sonrisa ancha y brillante que ilumine el camino que voy a emprender a partir de ahora.
Llevo unos días bastante agitada en los que no he dejado de recibir noticias muy malas. Mis noches de pesadillas y poco descanso se hacen notar en mi semblante y todo por empatía con las personas más cercanas. Algunas de estas confidencias han sido ofrecidas por una amiga, una vieja amiga con la que quedé ayer porque necesitaba imperiosamente hablar. Aparte de desahogarse, me recordó, casi al final de la tarde, una postura que deberíamos tomar todos en etapas oscuras como la que ella y la persona con la que ha convivido más de 15 años, viven actualmente.
Sólo dijo una palabra, que recordé vagamente de mis estudios de B.U.P. y C.O.U.: ATARAXIA. Me dijo: “Voy a comenzar a desdramatizarlo todo, porque ya va siendo hora”. Aparte de censurarle, a mi manera, es decir, de forma suave y con el mayor tacto, parte de sus confidencias, me puse de su lado y sufrí con ella cada palabra derramada. Eso sí, ni una lágrima cayó de sus ojos, cosa que me confiesa, es parte de esa postura que desde ahora está siguiendo a “rajatabla”.
Indagué y refresqué mi memoria oxidada y me encontré en cada frase leída sobre la ataraxia, conmigo misma y con mi gran deseo: ser feliz a toda costa.
He pasado por etapas malas, muy malas y hasta insoportables, pero esta última está siendo la peor, porque el desprendimiento de todo lo que hasta ahora rodeaba a mi vida está siendo muy duro.
Ayer, a pesar de la dureza de lo que escucharon mis inocentes oídos, me decidí a intentar cambiar de forma radical mi forma de ver las cosas. La ataraxia me ayudaría, al menos encontré algo que se parecía a dejar de sufrir por todo tanto como lo hago yo. Que mejor manera de comenzar, que verlo todo como si a ti no te estuviera ocurriendo, como si estuviera observando un cuadro a cuatro metros de distancia, alejada de toda perturbación, de toda influencia. Recuerdo haber hecho esto mismo en muchas ocasiones de mi vida, pero ahora parece como si lo hubiera olvidado.
Y no hablo de APATÍA, en absoluto. La diferencia principal entre la apatía y la ataraxia es que la apatía te separa de toda actividad para lograr la felicidad, es decir, inactividad, eliminación de pasiones y hasta de deseo. Por el contrario, si apuestas por la ataraxia, y eso es lo que yo haré, encontraré la felicidad a través de fortalecerme espiritualmente, alejarme del dolor del cuerpo y del alma y de las circunstancias desfavorables que me vaya encontrando. En resumen, mi trabajo consistirá en lograr la imperturbabilidad ante la vida, pero con acción, sin desidia.
¿Cómo lograré tal hazaña? Es muy difícil mantener en todo momento el estado de serenidad completa. Voy a comenzar a realizar lo que hace tiempo abandoné, prácticas de meditación, exteriorizaciones y absorciones de energías, y todo lo relacionado con el equilibrio de mi mente, la calma total acompañada de un autoconocimiento profundo de mí misma, de mis límites, de mis posibilidades en esta vida, de los errores cometidos, de las aportaciones que hice a las personas que he querido y quiero, de mis actitudes ante los conflictos. Ah, todo ello acompañado con una sonrisa ancha y brillante que ilumine el camino que voy a emprender a partir de ahora.
Gracias, amiga, por regalarme esa palabra...
Comentarios
Saludos =)
Iván