Las luces y las sombras
La vida está llena de contrastes, luces que te ciegan de felicidad y que no te dejan ver más allá, otras que te derriten el alma con un beso cálido y muchas sombras, nubladas por la espesura de la duda y el tormento. Siempre luces y sombras, siempre blanco y negro…
Ayer tuve una experiencia terapéutica más que aclaratoria, confesé que aunque mi vida en estos instantes no la sienta importante ni valiosa por los fracasos vividos y las jarras de agua fría vertidas en mi cabeza, me daría una oportunidad y no desaparecería aún… (Éste es un mensaje directo a aquellos que dicen quererme tanto, para que dejen
de “pre-ocuparse” (1) tanto por mí. Me gusta más la idea de que se “ocupen” (2) de mí, trastorna menos, pero claro, es más incómodo).
Me preguntaron si había pensado en todo este tiempo en el suicidio y negué con lágrimas en los ojos. Susurré casi imperceptiblemente que lo que había deseado muchas veces era sucumbir a esta vida, terminarla, pero que por cobardía no me había atrevido nunca. Me di cuenta segundos más tarde que no ha sido cobardía sino amor hacia los demás lo que me ha hecho permanecer aquí siempre que ese pensamiento me ha rondado.
Me siento ahora y me he sentido en muchos momentos de mi recorrido vital un bicho raro, extranjera en este mundo, rechazando en todo momento todo convencionalismo existente, ya desde muy pequeña, por eso tal vez esté siempre enfadada con el mundo…mucho más ahora.
Me observo inconformista extrema, porque este mundo pretende que seamos convencionales y que vivamos todos de la misma manera, una vida aparentemente feliz en pareja, con tu casita preparada para la comodidad, tu jardín y si es posible, hijos que pululen por él, o gatos o perros que sustituyan a éstos. Nos quieren hacer ver que lo perfecto es eso… y no puede ser, convivirán las luces con las sombras; nunca podrá ser siempre oscuro, afortunadamente, ni jamás la claridad o la luz nos iluminará para siempre, al menos en este mundo infectado por la costumbre enferma de ir detrás del rebaño, de hacer lo políticamente correcto. Por eso sé que todo tiene un principio y todo tiene un final, nos guste o no.
(1) Pre-ocuparse: Ocuparse previamente, anticipando el futuro o arrepintiéndonos del pasado y sus posibles consecuencias, pero sólo mentalmente y con expectativas negativas.
(2) Ocuparse: Se centra en el presente, en lo que puedo hacer ahora por mejorar mi situación o la de los demás o resolver un problema. Ocuparse es acción, concentración y resolución.
Ayer tuve una experiencia terapéutica más que aclaratoria, confesé que aunque mi vida en estos instantes no la sienta importante ni valiosa por los fracasos vividos y las jarras de agua fría vertidas en mi cabeza, me daría una oportunidad y no desaparecería aún… (Éste es un mensaje directo a aquellos que dicen quererme tanto, para que dejen
de “pre-ocuparse” (1) tanto por mí. Me gusta más la idea de que se “ocupen” (2) de mí, trastorna menos, pero claro, es más incómodo).
Me preguntaron si había pensado en todo este tiempo en el suicidio y negué con lágrimas en los ojos. Susurré casi imperceptiblemente que lo que había deseado muchas veces era sucumbir a esta vida, terminarla, pero que por cobardía no me había atrevido nunca. Me di cuenta segundos más tarde que no ha sido cobardía sino amor hacia los demás lo que me ha hecho permanecer aquí siempre que ese pensamiento me ha rondado.
Me siento ahora y me he sentido en muchos momentos de mi recorrido vital un bicho raro, extranjera en este mundo, rechazando en todo momento todo convencionalismo existente, ya desde muy pequeña, por eso tal vez esté siempre enfadada con el mundo…mucho más ahora.
Me observo inconformista extrema, porque este mundo pretende que seamos convencionales y que vivamos todos de la misma manera, una vida aparentemente feliz en pareja, con tu casita preparada para la comodidad, tu jardín y si es posible, hijos que pululen por él, o gatos o perros que sustituyan a éstos. Nos quieren hacer ver que lo perfecto es eso… y no puede ser, convivirán las luces con las sombras; nunca podrá ser siempre oscuro, afortunadamente, ni jamás la claridad o la luz nos iluminará para siempre, al menos en este mundo infectado por la costumbre enferma de ir detrás del rebaño, de hacer lo políticamente correcto. Por eso sé que todo tiene un principio y todo tiene un final, nos guste o no.
(1) Pre-ocuparse: Ocuparse previamente, anticipando el futuro o arrepintiéndonos del pasado y sus posibles consecuencias, pero sólo mentalmente y con expectativas negativas.
(2) Ocuparse: Se centra en el presente, en lo que puedo hacer ahora por mejorar mi situación o la de los demás o resolver un problema. Ocuparse es acción, concentración y resolución.
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Iván
Esperanza