El día E en RE Mayor…
Ayer fue EL DÍA E y más de setenta y ocho ciudades dejaron escapar globos con palabras que llenaron el espacio de sentimientos y sensaciones. Yo me siento ahora así, repleta de globos de colores que quieren salir a flote. El poder de las palabras es infinito. Me apetece jugar con ellas, aquí, ahora, siempre. Algunas palabras tienen una pátina tan pegajosa y mágica como la miel, y se te pega a la boca y no puedes dejar de repetirlas una y otra vez.
Escribiré en RE mayor… a lo grande, porque quiero que las cuerdas de mi garganta resuenen en el aire con más brillo que nunca. Deseo que de mi caja de resonancia salgan palabras alegres que iluminen mi rostro, porque el RE menor le da un aire triste y oscuro a todo lo que suena. Dejaré que el pequeño RE crezca, tal vez con el tiempo se alegre de haberme conocido.
El MAR, la primera palabra que gritaré al aire, y que ahora la mueve una ola juguetona sin mala intención. Yo remo y remo despacio hacia ti, sobre unas aguas mansas, mientras me esperas en la orilla reclamándome historias nuevas. Un mar que de remar se ha convertido en “reamar” como si todo recomenzase. Los recuerdos nublados se refunden y caen por su propio peso en las profundidades. Olvidados. Y repesco los besos no dados en esa piel que reconozco. Los besos suenan suaves, pero cuando “rebesas” una boca reconocida, te resuena un chasquido en el cerebro recordándote que algo ha resurgido de entre las cenizas y debes aprovechar la buena racha.
Los REs son tan refrescantes como las resacas de abrazos, siempre quieres volver a emborracharte. Son capaces de reciclar tu corazón y rebautizarte de nuevo. Te recuestas en un hombro que huele familiar y lo requieres más que antes porque el tiempo, sin casi percatarte de ello, ha hecho su labor más bella, hacer que revalores lo que estaba escondido detrás de una lata de cerveza guardada en un frigorífico esperando tu vuelta.
Los REs son maravillosamente mágicos y te reaniman las funciones más vitales. “Resueñas” y vuelves a ilusionarte por ese mar que estuvo lleno de dudas, pero que hoy se ve claro y diáfano. Tenía replegadas las alas como omóplatos desgastados y ahora se me despliegan y vuelo alto.
Con el recogimiento que me da la madrugada me dispongo a recostar mi cabeza sobre el almohadón, a elevarme, a sentir que el renacimiento no sólo se explica en clase de historia del arte. Me recolocaré bien el pijama y recordaré que debo repostar toda la noche, para llenar mi depósito de respuestas que me repongan el alma y recarguen mis baterías con “rebesos” y “reabrazos” con sello propio.
Esta noche me relamo de gusto porque creo haber encontrado detrás de mi oreja la forma perfecta de la nota RE mayor susurrándome que nada se pierde, que todo se transforma.
Y cuando te revuelva a ver… ¿podrás permitirme que te esconda en el hueco de mis alas para decirte algunas palabras que aquí no podrían pronunciarse porque son sólo nuestras?
Comentarios
REposa que vas a necesitarlo. El REcreo viene de camino.
Te REbeso patilarga guasona
Todo mi amor.
Nieves