Quiero romper el hielo de tu boca...
Quiero romper el hielo de tu boca
a dentelladas que incendien con fuegos artificiales
el cabecero de tu cama,
beberte a sorbos infinitos
y llenar los bolsillos con besos sólo nuestros
que circulen por el borde de tu abismo.
Sacarte una sonrisa con cuchara
de helado de turrón a media noche.
Mudar esa máscara desencajada y triste
en un rostro iluminado por el río.
Llevarte a la cama la miel entre mis labios,
posando en la mesilla todas las ilusiones nuevas,
dejarte furtiva algunos besos en tu frente
mientras entro a hurtadillas en tus sueños.
Agarrarte la mano para que siempre me lleves
sobrevolando el techo de tu alcoba,
y en la ventana entreabierta
encontrarnos de frente con la luna
que hoy seguro nos mirará con desaliento
y nos dirá en un susurro blanco y confiado
que escupamos esas palabras ácidas
que yacen dentro de las bocas calladas,
y que ella, la luna quieta,
vigilará que no nos corten la lengua
relámpagos furiosos.
No quiero más castigos
que haber huido del útero materno
con golpes en las nalgas
para vomitar mi primer llanto.
No más castigos con recargos.
Y mientras enmudezco mi pena
con un vaso de cerveza caducada
rebuscando en la despensa
esa piel parecida a la mía
que ahora huye y se esconde entre las tazas
y entre las copas de vino que esperan quietas,
me retuerzo como un paño mojado
después de que esa nube traicionera,
esa desfigurada nube
me atice en los costados a golpes de silencios…
y yo sin enterarme de tu dolor añejo
muy ciega de palabras
sorda de piel
coja de manos y de dedos…
y tú sin enterarte de mi dolor ya viejo
el dolor más imbécil del que se sienta a esperar nada,
desnuda como Eva en el paraíso,
perdida en la mudez sin gestos,
y mientras espero, imbécil y dolorida,
las falanges se salen de sus nudillos
apretando con los dedos de la rabia
por no tener señales.
Con la pura impureza de esta pecadora
antes de convertirse en nociva manzana,
y casi de morir en el intento
de creer que “amar” sea una palabra honesta.
(Eva Trigo Cervera, 26 de junio de 2011)
Comentarios
"Quiero romper el hielo de tu boca
a dentelladas que incendien con fuegos artificiales
el cabecero de tu cama"
...preciosos versos... un poema muy de dentro... gracias por compartir...
¿Por qué dolor?
No. Sólo hacen cosquillas.
Un veso Heba. ¡Vamos a cargarnos las reglas!...
Todas estas palabras ante este verde fondo del blog suenan fragiles, perdidas,...... los tiempos de letargo crean vacios pero al mismo tiempo mucho ruido y tu lo has expuesto en un poema de tal inmejorable categoria.
Abrazos