Declaración de amor...
Al amor viejo, al viejo amor…al amor de siempre.
Hace dos semanas fui a ver la película CLOSER ( 2004 ), con Julia Roberts, Natalie
Portman, Jude Law y Clive Owen. La emitían en el Colegio de Psicoanalistas. Tras
el visionado, tocaba debatir el largometraje. Me salí de la sala antes de que
exprimiesen la película, pero me dio tiempo a escuchar algunos famosos complejos
y el análisis del comportamiento irregular de los protagonistas. Cuando cogí
confianza, levanté con timidez mi brazo, y haciendo alusión a la pregunta
crucial “¿creen que algún personaje en esta película sabe amar?”, respondí que
NO. Desde mi punto de vista, ningún personaje ama en esta película. La cinta
supura necesidad de amar y recibir amor, y sobre todo mucho miedo a perder
privilegios y sentirse solos y solas en este desierto que es a veces nuestra
vida. Estos días reflexiono mucho sobre ese tema y me doy cuenta de la escasez de
amor que tenemos, o mejor dicho, de lo mal que lo dosificamos y repartimos. En
esta prescindible película se ve claramente lo que no es amor.
Lo mejor de la película es el piano de Philip Glass.
Sigo escuchándote a escondidas, de lejos; una queja sorda, una vieja
pesadumbre. Me enfado conmigo misma por haberte descuidado. Te observo de reojo
y mi afán por acercarme y tocarte crece. Quiero dibujarte siempre en lienzos
nuevos, con toda mi alma, porque todo lo que te rodea es venerado por mí, y mi
amor es tan limpio y sincero que a veces creo que moriré de amor, aunque ya
morí por ti estando muy viva, y no me importó, ya que mi amor es definitivo,
ilimitado, eterno. Tengo órganos suficientes para regalarte si alguna vez los
necesitas para continuar respirando, porque no quiero que dejes de sonreír
nunca. Haré lo imposible para que siempre lo hagas.
Te perdí un mal día por mi mala cabeza, por negligencia, tontamente. Sentí
impotencia ante las circunstancias que nos acosaron, y cuando fui consciente de
lo que estaba por llegar, fue demasiado tarde. Dicen que algunas pérdidas son
imperdonables, pero no, nunca es demasiado tarde. No me permitiré perder más a
mi cisne. Un cisne jamás abandona a su pareja. Confieso que mi amor por ti es
crónico. Pero… ¿por qué se empeñan en querer curar algo como el amor? Es
imposible aliviar aquello que no tiene remedio porque nació perfecto. No
necesitas sanar si no tienes ninguna dolencia. Es imposible dejar de sentir y
también imposible no demostrar amor si es verdadero. Si es real jamás tendrás que tratarlo con
medicinas o mejunjes. Si lo encontraste
un día, no podrás buscar más porque sería inútil. Tampoco me llenará vacíos,
porque el sentimiento es tan blanco que existe a pesar de mí misma. No me
duele, no me mata. Sólo me mata y duele el exilio, tu ausencia, no el amor que
siento por ti. Lo siento en silencios, en palabras sordas, en recuerdos
conservados en botes de mermelada y copas de vino.
Sigues escuchándome a escondidas, de lejos; mi queja también sorda, la vieja
pesadumbre de siempre. Te enfadas contigo misma por haberme descuidado. Y mientras
acaricias las cuerdas, me sigues cantando como siempre: “Sé que puedo cambiar
esperando que algo deba cambiar. Hice el amor dentro de mí, si me escuchas lo
comprenderás. Tengo el mundo en mis manos, nada ni nadie lo destruirá. Lo he
guardado bien porque confío en quien me defenderá. Quisiera poder interrumpir,
en un momento todo, poderte hablar solamente a ti, un INTERMEDIO sólo…”
- Te quiero muchísimo
- ¿Tanto como para irte otra vez?
- Tanto
como para quedarme…. y esperar.
(De la película: “La
educación de las hadas”)
Comentarios
Un abrazo, amiga.
Laura
Besos
María
Besos.Lenteja
Interesantes tus blogs
Cuánto sobre el amor...!!!???
El amor de verdad...qié difícil es sentirlo...podemos pasar la vida enamorándonos y no llegar a sentirlo nunca. Ojalá nos toque a todas alguna vez experimentarlo en compañía...
Un abrazo!!