La experiencia te hace libre…

Yo no describo mi vida como una serie de desastres continuos, sólo he tenido unas cuantas caídas, como casi tod@s. No me tachéis de derrotista, por muchas frases negativas que haya podido escribir en entradas anteriores. Fue una etapa dura que os confieso ha pasado a la historia. Sí, pasó a la historia ese episodio de mi vida... por supuesto, pero no los personajes que la llenaron, porque no podemos volver a los lugares, a los objetos, a las personas de la misma manera que antes, puesto que todo cambia; pero tampoco podemos borrar los lugares, los objetos ni a las personas porque si no desaparecerían y eso nadie lo desea y menos yo; es más, podemos recuperar esos lugares, esos objetos y a esas personas, y si logramos hacer eso, con seguridad, y aunque todo sea distinto, las cosas se verán desde otro prisma, seremos más ricos, porque podremos disfrutar de nuevo de esos lugares, de esos objetos y de esas personas que ahora serán nuevos para nosotros, todo un reto. La razón por la que esa etapa ya es pasado es porque yo lo deseo; al cambiar nuestra actitud y nuestra forma de pensar en ciertas cosas, todo alrededor se va transformando.
Mucha gente, sin embargo, vive con esas heridas del pasado y la utilizan como apoyo social. No quieren curarse, es algo inconsciente, a mí me ha ocurrido, pero he despertado, por fin. No quieren curarse y la herida tarda en cerrar. Hay lesiones que tardan más y otras que tardan menos, Tenemos que respetar los ritmos de cada cual. Pero lo que está claro es que para comenzar el camino de la curación, hay que sentir que se quiere salir a flote, que no utilizaremos nuestras heridas para seguir siendo dependientes. Si la salud nos visita y derrotamos cualquier malestar, ya sea físico o psicológico, seremos autosuficientes y no dependeremos de nadie para seguir adelante. Tendremos personas a nuestro lado, pero no como cuidadores perennes, sino como compañeros de vida… Entiendo que hay personas que tengan miedo a sanarse porque la independencia les suena a soledad y a ser vulnerables como niños. Nada más lejos de la realidad. No quiero que me acompañen porque esté enferma, ya que me arriesgo a seguir enferma de por vida. La postura del enfermo perpetuo, y existen muchos, imaginándose rodeado de mimos y atenciones es algo muy sugerente, pero nada recomendable para quien desee su independencia.
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D.O