Cuidado con las palabras...

Hoy he recogido los resultados de una prueba neurológica que me realizaron hace apenas dos semanas y me he quedado perpleja cuando he leído el diagnóstico final. Mi alegría primera al observar que tengo los nervios en su sitio y muy, muy sanos se transformó en asombro posterior… “El estudio neurofisiológico se encuentra todavía dentro de la normalidad”, dice el diagnóstico. Una lectura rápida podría despistar a cualquiera, pero no os engañéis, amig@s, es la misma postura que criticaba en una de mis entradas anteriores. No diré qué es lo que me extrañó, seguro que ya lo habréis adivinado. La medicina catastrofista se encarga de poner siempre la puntilla.
Yo sólo tengo una pequeña hernia entre dos vértebras cervicales, provocada por mis innumerables mudanzas, no es un drama. Ya cuando visité al traumatólogo para que me tradujese una resonancia en esta zona, me dijo que lo inmediato sería, si no mejoraba, y ellos siempre dicen que esto no se puede mejorar, una intervención quirúrgica. Pero...¿qué dice?... No se puede asustar así al personal, eso debería ser ilegal… claro que si lo dicen ellos, que siempre "operan" dentro de la ley… La mayoría de los convencidos por la medicina oficial creerán ciegamente que es así, sin reflexionar, sin buscar otras opciones, sin discusión, sin agarrarse aunque sea a un clavo ardiendo para salvarse de la quema.
Pues bien, sólo una palabra de ese bonito pero escueto diagnóstico me hizo de nuevo recapacitar sobre la medicina oficial, la palabra TODAVÍA. Vamos a ver, señora doctora, porque era una señora neuróloga la que me practicó esa prueba tan desagradable…¿ Qué quiso decir con “todavía dentro de la normalidad”?... ¿Es que acaso espera que empeore?... Claro, su colega dijo que después de la hernia no hay nada más, que el quirófano es el punto y final de su tratamiento. No me extraña que usted diga ahora que “todavía” estoy dentro de la normalidad, pero…¿ os dais cuenta de lo que me está transmitiendo esta señora con su diagnóstico?. Hasta puede que esté esperándome en el quirófano vestida de verde y con los guantes puestos; vamos, que me está visualizando sobre la camilla y dispuesta a abrirme con su bisturí. ¡¡Qué manía tienen de convertirnos a todos en enfermos crónicos!!
Pero lo que no saben es que mi hernia está remitiendo, porque el quirófano no es el fin, no es el vacío, no es lo último; he buscado, indagado y encontrado una alternativa a esa operación que te puede convertir en dependiente en un tanto por ciento bastante elevado. Me están reajustando la columna, la parte más importante de mi cuerpo… y del tuyo, y la encargada de hacerlo es la quiropráctica, que es fiable y eficaz…es más, me estoy conectando con el médico que llevo dentro...y que tú también tienes si rebuscas bien. Llevaba varios meses con un fuerte malestar en el cuello y mi brazo izquierdo estaba continuamente dolorido, con poca fuerza y a veces dormido. Ahora el dolor ha desaparecido y poco a poco me estoy sintiendo mejor en general, porque esta práctica influye en todos los ámbitos del ser humano, ya que de la columna se derrama a chorros la vida a través del sistema nervioso.
Así que… cuidado con las palabras, doctores, que no somos borregos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que te esperen sentados en el quirófano Eva. Me alegro de tu mejoría.
L.T

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