La sombra alargada del gigante...

De pequeña yo daba el pecho a las muñecas muertas, y la sombra alargada de mi padre se proyectaba en el suelo como la de un gran oso gigante que acecha cada movimiento de sus víctimas.
Ahora todo parece diferente, encontré una goma de borrar con rico sabor a infancia, y agachada, agachada y triste, froto cada losa que aquella silueta oscureció. Las lágrimas refrescan mi actividad diaria.... y ahora descanso y lloro. Y ahora lloro y descanso.
Comentarios
besitos
nieva en granada.
un beso grande.
nieves
Besos de buenas noches