Muñeca rota de RABIA...

Ya no tengo NADA. Quizás nunca TUVE ni haya sabido MANTENER nunca nada. Sólo manTENERme en pie me está costando esta vida, cuanto más TENER. Con esfuerzos denodados intento sostenerme en pie, pero no lo consigo, por muy grandes que se hagan mis pies y me salgan alas en los omóplatos para volar sin ser alcanzada por el destino incierto. Mis manos son grandes y siempre han sabido acariciar nubes y sueños, pero ahora todo se me escurre entre mis largos dedos. Ya no tengo NADA, ni hogar que me adopte, ni vientre que me arrope, ni ovejas que contar en las noches y que pacten en nuestro jardín lleno de verdes brotes, ni muñecas que abrazar y a las que escuchar. Ya no tengo NADA, pero ya nada importa. Tampoco quiero NADA….¡ SE BUSCAN ILUSIONES PERDIDAS EN EL CAMINO ¡
Tanto tratar con muñecas rotas, intentando en vano remendar magulladuras y coserle trajes a medida, que ahora ya no sé la medida de las cosas. Me olvidé de mí misma y cosí con hilo de oro heridas ajenas. Ahora soy yo la muñeca rota, desmembrada… monigote de plástico que huele a talco, muñeca detenida, hierática como una cariátide, cuyo peso de la memoria sobre la cabeza hace aplastar sus vértebras. Figura que no cierra los ojos ni aunque la tumbe un vendaval, que no duerme por velar los sueños, esos sueños que en una ocasión especial diseñó con sus finos dedos en el aire cargado de sonrisas, abrazada al cuerpo frágil de su dueña, sin querer ser de nadie. Espantajo que mira todo el rato por si las moscas, desafiando al tiempo, desconfiando por dónde le vendrán los tiros. Muñeca que no duerme por custodiar proyectos que huyen sin más explicación que un SILENCIO por respuesta. Muñeca con el torso hueco que busca un corazón a estrenar para ser habitada, y poder sentirse de nuevo un ser humano. Muñeca rota al fin. Muñeca rota de RABIA.
Tanto vaivén me marea. Siento un vértigo inhumano, pero ya da igual, ya soy muñeca insensible. Prefiero ser de plástico durante un tiempo para no sentir ese dolor en la piel que manos amantes memorizaron a base de caricias. Intento en vano alcanzar respuestas alargando los brazos hacia el cielo, mutilada, asesinada, pero no encuentro nada, sólo vacío y más SILENCIO.
Me pregunto, y mi voz suena a metálico dolor, en qué me habré equivocado… y no hallo respuesta, sólo una vocecilla casi inapreciable que se me atora en los oídos por no querer oír NADA, porque TODO me daña, me dice muy bajito que sólo me tengo a mí y que ahora eso es lo que hay, que no es poco. Eso sí, ahora sólo debo ENCONTRARME de nuevo.
Comentarios
Saludos
M.C.
Nunca te has perdido ni has estado rota, quizá ¿despistadilla?...
Si te encuentras en ese estado es porque SIEMPRE has tenido muy claro lo que querías MANTENER: A Ti y a quien te APORTA, y eso es lo que estás haciendo...
Simplifica, Eva: Estás sufriendo una ruptura, sólo eso. Intenta que el dolor no socave tus cimientos. Que se aleje por la puerta principal; sin urgencia, pero sin demora.
El VACÍO es principio y es final...
TE TIENES Y NOS TIENES!!...
Un abrigo de sonrisas... (sí, ya sé que hace mucho calor!)
Tu Oreja...
besitos Oreja...
Y gracias a M.C. por tu fidelidad. Y sí, el silencio es mortal...
y Ana de Cádiz, supongo,bienvenida a este blog... encontrarme es el objetivo, encontrarme y no sorprenderme con lo que me encuentre, o sí, sorprenderme por lo bueno que encuentre....RE-ENCONRARME...ufff, qué lío...
besos a las tres.
Date tiempo, antes de lo que imaginas encontrarás el camino de regreso del país de las ilusiones rotas. Sé lo que digo: yo también he estado allí.
besos
EVA
Un abrazo