La sonrisa de la Luna…
Dicen que para tener
buena suerte debe mirarse a la Luna por encima del hombro derecho, y yo que soy
un pájaro de altos vuelos, después de haber contemplado a través de un iris
verde tu alma blanca, miro a la Luna de frente y le pregunto dónde has estado
todo este tiempo.
Siempre que
observo la Luna desde mi nido veo un rostro de mujer; ahora sé que cada vez que
ponga mis ojos sobre los tuyos y te escudriñe las entrañas, podré ver la Luna
sin levantar la mirada hacia el cielo. Volaré como siempre, en vuelo tranquilo,
y convencida de que la vida me tenía guardado este tesoro: la felicidad encerrada
dentro de mí ahora me pide paso, manando de mis ojos de agua.
Encontré la
palabra justa, ésa que dormitaba en la cara oculta de la Luna tras muchas
noches de desvelos, empeñada en custodiar los sueños estériles que trazaba con
lágrimas antiguas. Tantas lunas errando en cada intento de encontrar lo que
ahora se me ha dado por justicia. Demasiado tiempo cometiendo errores de
cálculo enfrascándome en cuentos chinos que tenían un final previsible. Ahora
ando lunática, “en el buen sentido”, como diría un ángel, por esta Tierra que
me habita, esperando aterrizar en tu vientre de espuma cada noche.
Este pájaro, siempre instalado sobre una nube imaginaria y a veces inestable, ahora se posa sobre la realidad más blanca que haya vivido antes, la inocencia que me lleva de la mano a la ribera de mi infancia para ofrecerme besos de agua; la frescura de una sonrisa imborrable que hace que en mi rostro se dibuje una línea curva que siempre mira hacia arriba; la mirada más pura con la que me he tropezado jamás y con la que en breve me cruzaré por los pasillos de la vida un día tras otro.
Vuelo hacia el
pequeño lunar que se dibuja bajo tu mentón y rebusco una excusa para reposar mi
boca en esos labios de trazo perfecto. Dibujaré en tu cuerpo tembloroso, que
espera ser envuelto de flores y mariposas, todas las constelaciones del
firmamento. La punta de mis dedos serán los pinceles más suaves que te hayan
sitiado, tu mapa de piel detenida, el lienzo más inédito. Seremos satélites
amorosamente enlazados buscando ese presente que nos una en un futuro cierto,
verdadero, cercano siempre.
Mi Luna crece y
crece hasta quedarse plena de palabras, sonidos y colores. Me observa en
silencio, editando las escenas más vírgenes de mi repertorio. Su rostro de
mujer dulce me acaricia el alma y aparta ese miedo a lanzarme a lo desconocido
que se habían dejado olvidado junto a mi cepillo de dientes. El miedo ha salido
por la ventana en forma de brisa gris por fin.
Hoy, como nunca
antes, a mi ventana se asoma la Luna y refleja en mi cama tu silueta dormida.
Hoy, como nunca antes, Luna se escribe con mayúscula.
Hoy, como nunca antes, Luna se escribe con mayúscula.
Comentarios
Que preciosidad de texto...no sé si estará sustentado en aLgo reaL...ojaLá
Si no es así...espera con paciencia porque estoy segura que con ese fondo que tienes, aLgún día Llegará La ansiada Luna que Logrará que te sientas pLena. Mientras...disfruta de Los grandes pequeños momentos que nos regaLamos, como ese sábado Lleno de risas, naturaLeza y compLicidad!!
Un abrazo enorme!
Pero si no es así te quedan todos esos pequeños grandes momentos que disfrutamos el sábado. Y los que vendrán...mientras Luna se decide a aparecer en tu vida.
Un abrazo enorme, preciosa!!
Un abrazo, amiga. Laura
Suerte la persona que sea receptora de tan bellas palabras.
Un abrazo
María
Precioso Eva.
Besos. Lenteja