Edición revisada de MUÑECAS ROTAS y reseña de Juan Cervera Sanchís
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Nueva edición revisada y mejorada de MUÑECAS ROTAS
A las personas que adquirieron en su momento uno de mis libritos, quiero comunicarles mi compromiso ( y obligación moral ) de reenviarles por correo ordinario una versión revisada y/o "la fe de errata" del mismo. Pueden enviarme sus correos aquí ( en privado) y en breve intentaré comunicarme con los y las afectadas. Gracias
Les añado aquí la reseña del libro por Juan Cervera Sanchís
LAS MUÑECAS ROTAS DE EVA TRIGO
Por Juan Cervera Sanchìs JyR
Eva Trigo Cervera, Lora del Río, España, 1967, profesora de Educación Especial en la Escuela Pública y residente en Madrid, acaba de publicar, editado por LULU, mayo 2013, el libro de relatos “Muñecas Rotas”, con foto de portada de la propia autora y diseño de portada de Lubélia Carvalho. Libro de 69 páginas donde reúne trece relatos breves en los que se respira y se palpa, en un trenzado inquietante, diversas, aunque coincidentes en lo fundamental, vidas de mujeres, como la de Manuela, la restauradora y su recogedor de recuerdos, o la de Berta, ante el asombro y la sorpresa de un primer
encuentro amoroso revelador.
En una prosa fluida y precisa, con el fin de decir aquello que se quiere decir, con claridad, y a su vez tocada de poesía, Eva Trigo, pespuntea bellamente cada uno de sus relatos, bordados de gracia literaria y seductora sencillez, en mitad del desamparo de sus muñecas desencantadas por los zarpazos inmisericordes de la vida.
Historias, algunas, escritas en primera persona, como “El Secreto”, donde Felisa, la joven doméstica engañada por Don Benito, su patrón, se convierte en madre prematura. Una vieja historia harto común, pero que Eva cuenta con original encanto y sin caer nunca en el sentimentalismo.
Quizá no tan común. ¿O quién sabe?... Eva Trigo teje, excelente tejido, en “La profesora de esgrima”, uno de los relatos más sutiles de “Muñecas Rotas”. Se adentra, en lo que podríamos llamar la selva psicológica, de una circunspecta y honorable profesora, y la desnuda ante su íntimo espejo, al sentirse vivamente atraída por una bella alumna. Aquí, el yo y el contra-yo de la profesora, como un florete cortante, le entreabren el corazón, pero he ahí que ella… queda claro que la vida se puede vivir, finalmente, a contra vida. Reveladora historia.
En “El último suspiro”, la muñeca rota, se autodestruye a si misma y nos estremece hasta el extremo del estremecimiento. Y esto no es un juego de palabras.
"Un toque de suerte”, aquí la autora nos recuerda que la vida es torrencial y los hechos más serios pueden ser felizmente cómicos. Además se evidencia que las llamadas eminencias médicas no siempre son eminencias.
En “El castigo de Magdalena” se cuestionan los métodos brutales de ciertas personas que se creen dueñas de la verdad absoluta, y hasta iluminadas, y se castiga a una niña en la creencia de que en el castigo irracional hay algo de positivo. La pedagogía de los fanáticos suele ser criminal.
“Remendando la vida” es la narración más breve de “Muñecas Rotas”, aunque una de las más intensas y dramáticas. Es una historia de alfileres y zurcidos y como para llorar a mares entre dobladillos, agujas, tijeras y recuerdos hirientes.
“El puente de la vida” nos habla de Adela, una mujer que en mitad de la tormenta y los
truenos de la vida busca y aspira al remanso.
"Yo sólo quería tener un gallinero”, una historia donde una joven se hace mujer y en vez de un gallinero, la vida que siempre nos suele gastar las más insólitas bromas, la convierte en madre de una familia numerosa. Menuda broma.
Se suceden las historias, que son trece, con “No me temas, amor, “Huir de madrugada no es de cobardes”, “La mujer de los cabellos plateados” y “El primer encuentro”.
Muñecas que se rompen en un ir y venir por los vericuetos del tiempo y del espacio y todo esto que llamamos vida y nadie sabe, bien a bien, de qué se trata, pero que necesitamos contarnos, en un afán reconstructor, contra la destrucción constante a que nos someten las circunstancias que, sin querer queriendo, nos llevan y nos traen de un lado a otro como el vendaval a las hojas.
“Muñecas Rotas”, hojas del árbol de la vida, que Eva Trigo Cervera recoge en un
legítimo deseo de que el olvido no las suma en el anonimato deshumanizador. Relatos
empapados de humanidad y que, por sí mismos, son honda y estremecedoramente humanizadores.
Comentarios
Tengo ganas de leerte!!
Besos guapa!
besitos, guapa