Sobre qué escribir cuando no sabes SOBRE qué escribir




Fotografía de Lubélia Carvalho

Me hago esta pregunta mirando de reojo la pantalla vacía del ordenador. Y sé que las palabras están ahí, lo sé porque cuando me pellizco la piel, sangro palabras. Quizá por eso no escribo nada últimamente, porque quiero esconderlas, esconderme… y porque me encuentro bien en este estado.  A pesar de ese alivio que se le presupone a enunciar cómo te sientes en cada momento, no estoy angustiada por no escupir señales, ya sean públicas o privadas.  

Hay personas que indagan, cuchichean detrás de las puertas, inventan o se montan películas sobre la situación emocional del resto del mundo sin entender que con su película ya están más que servidas. Creen haber encontrado eso que más te conviene y  que tú llevas toda la vida buscando; consideran que te falta algo importante para llevar una vida adecuada, como si fueran seres celestes e iluminados, y sobre todo completos; opinan alegremente sobre lo mal que lo estás haciendo y sobre cómo deberías caminar por la vida.  Todo esto me hace reír... y a veces llorar, por no poder hacerles entender que soy la que soy HOY, pese a quien le pese.

Lo que no saben es que ya no soporto con agrado ni una sola descortesía más sobre cómo llevo mi vida en la actualidad, por muy enmascarada que esté dentro de un contexto jocoso, porque me duele, a mí y sobre todo a quien defiendo con mi estilo de vida, que no es una opción, es mucho más que eso, es la respuesta adecuada, lo que andaba buscando siempre y a lo que siempre me había acercado. Tampoco saben, parece ser, que no necesito ni quiero la aprobación de nadie, ni que me digan lo que más me conviene según ciertos seudorazonamientos de salón.  Quiero alejarme de la hipocresía y de la gente hipócrita, del interés y de las personas interesadas;  tomarme la vida en serio, sonreír mucho pero por dentro, y sobre todo, estar en paz.  

Y las palabras salen, porque me estoy pellizcando la piel y sangro palabras.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Menos mal que no sabías sobre qué escribir. bienvenida y espero que vuelvas con fuerza. No te olvides que escribir siempre es una bendición. Leerte también.
Saludos
María

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