LA SIESTA SIN TI...

Acabo de despertar de una siesta de más de dos horas, algo extraordinario en mí. Os confieso que no he dormido muchas siestas en mi vida, a pesar de tener mis orígenes en tierras en las que el aire se puede masticar en época estival, las sombras son un tesoro preciado y se combate el bochorno con la costumbre ancestral de dormir a pierna suelta porque el cuerpo te lo pide. Suelo decir que no echo siesta porque siento que malgasto mi precioso tiempo; pero no, ahora no es así, me descubro ante vosotr@s declarando abiertamente que mi razón primera era otra, lo descubrí no hace mucho. NO ME GUSTA DORMIR LA SIESTA SOLA. Ese malestar que me acompaña, ese sopor indescriptible al despertar sin ti, esa mala leche momentánea de las “que no me hable nadie ahora que le suelto una fresca”, se esfuma por arte de magia si despiertas a mi lado. Y el tiempo, ¿qué voy a decir del tiempo si es una ilusión?...No puedo perderlo si no existe.
Comentarios
Siempre siestas.........
Me ha encantado la entrada.
Sigo el blog por recomendación...y muy bien dada.
Saludos
EVA